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lunes, 22 de diciembre de 2014

I Ciclo de Narración Oral SEMBRANDO CUENTOS. Semana tercera: RECUENTO y NATALIA ARJONA.

RECUENTO retratado por Sergio Pulido

DOS NARRADORES VETERANOS Y UN VIOLÍN GORDO.

Diego Magdaleno y Filiberto Chamorro son los integrantes de RECUENTO, compañía de narradores orales de Sevilla con una trayectoria de quince años por territorios nacionales y extranjeros. Tienen los dos un gusto por el narrador oral atemporal, ese que puedes imaginarte en la plaza de un pueblo o en la cocina de tu casa, pasen los siglos que pasen... Su cercanía y simpatía son arrolladoras. 
Además, somos testigos privilegiados del estreno de Filiberto con su "violín gordo", una criatura que se le mimetiza y se suma al dúo con total naturalidad. La compañía crece de miembros, ya que aunque este no sea humano, su talla y "voz" hacen que tome presencia ineludible. 
El pasado 19 de diciembre, el público asistente al I Ciclo de Narración Oral SEMBRANDO CUENTOS, no salió defraudado. Una pena que los esfuerzos de difusión tanto de la organización como del local sede del ciclo no diesen fértiles frutos, ya que el número de asistentes fue escaso. Sin embargo. aquellos fieles parroquianos que fueron a  ver "Con licencia para narrar", disfrutaron de lo lindo. Y yo por mi parte, lo seguiré haciendo... Pues desde hoy me declaro groupie de estos dos narradores veteranos con violín gordo incorporado. Gracias de corazón a este par de cuenteros que hacen honor a este oficio antiguo y digno donde los haya. 

Texto: Esther de Juglaría


Natalia Arjona retratada por Sergio Pulido

UNA NARRADORA DESDE LAS TABLAS DEL RECREO.

Os dejo la crónica que tan amablemente escribió Rocío Muñoz Vergara, quien también hizo las labores de anfitriona el pasado 20 de diciembre, presentando a esta fantástica narradora. ¡Gracias a ambas!

...Y entonces llegó ella, y todo lo anterior, lo que estuviera pasando antes, dejó de importarnos a todos, que nos arrebujamos en los palés con la mantita y con ese cosquilleo que nace y crece en la barriga cuando uno sabe que se va a zampar una buena sesión de cuentos. 
Así que allí estábamos, niños todos al fin, teletransportándonos por la voz cálida y briosa y sobre todo mágica de Natalia Arjona al momento conocido y recordado en el que sabemos que va a sonar de un momento a otro la sirena del recreo, ese fabuloso momento compartido por todos y sabiamente recreado por una cuentera de categoría.
¡Y sonó la sirena! ¡Y atropelladamente bajamos las escaleras, pasamos por los servicios de los niños pero ni los miramos ni los olimos, y salimos al recreo y nos pusimos a escuchar las historias de la María y el Medina y la propia Natalia, un grupo de amigos que se sientan detrás de la portería y no temen a los balonazos porque están demasiado involucrados en los cuentos que se cuentan y que por arte de magia nosotros también pudimos escuchar esta vez! Y fue la princesa la que tuvo que superar tres pruebas para casarse con el príncipe, y vino despúes un perro del que todo el mundo se burlaba porque era blanco blanco blanco, y despueś había también un pez que daba vueltas y vueltas nadando por un cuento cíclico, y mientras tanto, nosotros saboreábamos un bocadillo de mentirijilla que no queríamos que se terminase, hasta que sonó otra vez la sirena y hubo que levantar el culo. Pero no volvimos a clase, porque la clase de cuentería de la buena nos la dio Natalia! ¡Bravo por ella y por todo lo que se puede aprender en el recreo! 

Texto: Rocío Muñoz Vergara

"Sembremos cuentos entre todos, sembremos cultura."

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