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martes, 23 de septiembre de 2014

DEL VALOR DEL SILENCIO Y LOS NUEVOS COMIENZOS DE CURSO


Fotografía de Sergio Pulido 

Querido/a Amigo/a del Cuento:

En el libro "Las voces del desierto" de Marlo Morgan, aprendes que los aborígenes australianos no tienen por costumbre celebrar su cumpleaños porque no le ven sentido a celebrar que eres un año mayor (o más viejo, según lo mires) porque sencillamente, no le ven el mérito. Cumplir años es dejar que la naturaleza siga su curso. No depende de ti. Así que ellos sólo celebran aniversario si ese año tienen algo valioso que aportar a la tribu. Imagina que aprendes a hacer un pan delicioso o a dar masajes... O a escuchar a los demás. Eso es útil para el grupo. ¡Y lo celebran con una gran fiesta!

Tal vez porque me resisto al paso del tiempo sin más, me gusten tanto los años académicos. Y mucho después de mi formación oficial, me divierto analizando mis propios avances, descubrimientos... o suspensos. Y así me encuentro navegando por La Red, mirando fotos en el móvil, repasando mi biblioteca, ojeando cuadernos llenos de notas, recordando momentos y personas... En este curso pasó tal cosa y aprendí tal otra... 

Curso 2013/2014: Matriculada en Silencio y Observación.

Con diez años leo a "Momo" de Michael Ende. Las primeras páginas se arrugan para siempre después de caérseme a la piscina de aquel verano. Deseo con todas mis fuerzas poder escuchar como la protagonista. Nunca supe cómo hacerlo. Años después me encuentro releyendo la obra para adaptarla a mi taller de teatro. Mientras las charlas se suceden con los alumnos y desgranamos la historia, me descubro en aquella niña que fui con el deseo intacto.
Condición indispensable para escuchar a lo Momo: cerrar la boca, dejar a un lado a tu charlatana mental y centrarte en lo que te dice quien tienes delante, sin distracciones, como si no existiese nada más en el mundo en ese instante... ¡Como si fuera cualquier cosa! ¡Me siento torpe como una vaca en una juguetería!
Al principio este silencio me intimida un poco (o un mucho, o apenas... depende), después me relajo. Depende si es compartido o en soledad. Depende de si yo soy la silenciosa o mi interlocutor. Depende de dónde esté la fuente del silencio. Es difícil, pero me gusta. Estoy aprendiendo.
Como narradora estoy descubriendo lo que gano gracias a esta respiración, a este aire entre palabras. Estoy experimentando con el silencio dramático, con la expresión llena de sonido contenido. El sonido en el silencio. El silencio en el sonido. Y en mi vida fuera del escenario esta respiración afecta a todo lo que haga, ya que no puedes separar cómo respiras de cómo te sientes. Respiración y sensaciones van juntas.

Observación.
Tiene mucho que ver con el silencio. Observar no sólo con tus ojos de carne. Observar con todos tus sentidos. Esta observación de calidad me lleva a reflexionar. La reflexión me lleva a crear.
Desde el silencio me es más fácil encontrar la palabra precisa.

Te deseo un curso fantástico en el que aprendas algo valioso para ti. Algo que no lo compra el dinero ni lo enseña la más prestigiosa universidad del planeta.

¡Feliz comienzo de curso!

"Sembremos cuentos entre todos, sembremos cultura."


2 comentarios:

Ximo Segarra "ACAPU" dijo...

¡Te deseo un feliz curso nuevo, Esther! Yo no soy de organizarme según los años o según los cursos, ni siquiera los días de la semana suelen tener mucho sentido para mí, pero es verdad que las personas siempre necesitamos tener nuestras referencias temporales...

Hace años leí el libro de Marlo Morgan, en general me gustó mucho, pero sobre todo me resultó muy inspirador.

Y ahora me callo...

...y dejo que hable el silencio :)

Un abrazo.

Esther Yamuza dijo...

¡Muchas gracias por tus buenos deseos, Ximo! Espero que encuentres muchas lecturas inspiradoras como la de Marlo Morgan.
Un abrazo